Licuar los tomates de lata o frescos sin piel con 1 cebolla pelada y en trozos, 1 diente de ajo y unas hojitas de perejil. Mezcle con 1/2 taza de agua o caldo y condimente a gusto.
Esta salsa puede hacerse en cantidad, fraccionarla y frizarla para tener siempre salsa a mano.
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